viernes, diciembre 02, 2005

Kirschbaum

Un diario debe tener una actitud proactiva con la realidad.
Oponerse con creatividad a la inercia cultural y, ciertamente, tomar riesgos. Ricardo Kirschbaum, editor general del Clarín de Buenos Aires

D-on-ar

“Donaría parte de su vuelto para...”

Yo tengo la costumbre de entrar a ellos y me satisface ir a ver los cambios en el precio, la promoción realizada por un locutor, sin perderme detalles de las puestas en escena de la tienda y al bien ponderado producto. Todo aquello me fascina dado que vastos metros cuadrados, concentrando éstos factores, son dignos de ser observados y evidenciados.

Pero llegamos al arte de la disyuntiva, en donde se enfrentan rasgos entre la necesidad, la presión y la bondad. Factores que confluyen para asestar un golpe de gracia a quienes se dirigen hasta estos coloso del retail, esperando obtener el precio más conveniente.

“Si tienes para comprar, obviamente tendrás para donar y propinar”. A lo mejor, éste es el lema que se estila en el lapso de tiempo, cuando uno está por recibir el vuelto de su compra. Quizás sean pesos los que están en juego; no obstante, es bien sabido que los numerales (cifras que están detrás del peso) juegan un papel importante cuando hay muchas “lukas” en juego.

Por lo general, como logré ver más allá de la evidencia, cuando me realizan ésta pregunta yo, gentilmente, me niego a dar. Sin embargo, ya me ha tocado un par de veces que la cajera no tiene el vuelto que me corresponde “pero si es un peso.....”. Ese es el momento donde quisiera hablar con los dueños del negocio, riéndome de mí mismo por ser tan iluso.

Todo aquello ocurre como una melodía, ya tarareada por todos como una sacra verdad; no obstante, al parecer, hay muchos como nosotros que estamos comprando y que están manipulando las cajas negándose a la tonada y, como anteriormente ya lo había comentado, el esfuerzo está en no querer seguir en la jugada.

Pero ¡oh! ¿Qué pasa aquí? Observo como un empleado abre las cajas de los turnos y muestra una bolsa para que le depositen monedas. Obviamente los cajeros reciben sus cajas cuadradas, pero con esta acción parten con el descuadre ya mentalizado. Eureka, ahí esta el inhibidor de la resistencia a la tonada, y ya estamos en otras condiciones para decir: “Donaría parte de su vuelto para cuadrar mi caja”

No-ticias

Miro los canales en la mañana –los de la televisión cerrada- y no me puedo abstraer de la penetración del consumo. Sin lugar a dudas que mis colegas son parte de ésta acción, ya que están insertos y asociados con la espectacularidad de la adquisición de artículos y bienes. Les han dado la visión del desarrollo plasmado en parabienes suntuarios y lucrativos.

Aclarando que, en ningún caso, es un reproche lo que acabo de comentar. No obstante, los garantes de la información veraz, imparcial, objetiva y certera están asociados con los efectos compulsivos e irracionales del consumo. Creyendo que deberían dejar a otras instancias, abocadas a ello, para que estimularan la adquisición de bienes y servicios.

Considero que somos una sociedad que va en franco desarrollo y avance. Imagino a Chile convertido en una nación de respeto internacional, en muchos ámbitos internos y en vastos terrenos internacionales. No obstante, si continuamos con éste tono, mas valdrá ser formado que un ser informado.
 
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