martes, noviembre 29, 2005

Con mucho cariño

Hace tiempo, fui testigo de una práctica un poco peculiar. Hago éste comentario como si yo fuera cualquier individuo transitando por las acciones de las personas y, por esas conexiones de la vida, logré ver más allá de lo evidente. En todo caso, el valor de lo comentado radica única y exclusivamente en mi veracidad, pero como un buen piloto de avión observando un ovni, yo patento mi investidura formal en el área del periodismo.

Comenzaba a dejar los artículos en la banda transportadora y dos cajas más allá venía rauda aproximándose la supervisora –creo-. Con una actitud diseñada para el puesto, se acercaba a los cajeros y rendía cuentas de las gestiones de recaudación – es lo vine a confirmar cuando habló con la cajera que me atendía-.

Estaba la supervisora llegando hasta la estación de trabajo, en la cual los artículos que yo había escogido se cuantificaban por el lector infrarrojo, cuando la cajera detuvo su trabajo. Quedando la dos muy cercanas, la supervisora exclamó: “ Estamos mal con las donaciones, ayer no tuvo recaudación”

Quedé perplejo ante lo que mis ojos y oídos habían percibido, pero como buen chileno no tuve el valor de increpar a la supervisora –es una empleada más-; sin embargo, quedé con el consuelo de hacerle ver mi asombro a la cajera: “No le puedo creer, ¿esto es así?” La dama detrás de la maquina registradora solamente asintió con su cabeza.

¿Dónde estás prensa mía?

HSQO

Yo el-heraldo.
 
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