Al parecer, ya no debemos temer porque ésta tierra desaparezca. Los mentores de las guerras están condicionando todo para que las balas destruyan, pero no todo; dañen, pero no al máximo; impacten donde se les indique y deterioren a quien se les ha antojado.
Espero que los hombres serpientes no logren asestarnos golpes que hagan un pandemonio.
Viaje por el título y observe de lo que se habla.
sábado, septiembre 09, 2006
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