Misión, destruir ésta administración.
El día de ayer, 29 de mayo de 2006, será recordado como el de la extrema violencia. Sin bombas molotov y neumáticos ardiendo, como en el año 1986, pero con precisas tomas que graficaron los abusos cometidos por los manifestantes y las fuerzas especiales policiales.
Quienes estamos alejados del epicentro de lo hechos, solamente observamos y percibimos como se transmite la noticia. Desde la ya comentada cobertura que los medio de comunicación le han dedicado a los jóvenes estudiantes, se puede ver como adolescentes se manifiestan, en diferentes intensidades, expresando su descontento; siendo sus acciones vandálicas y prohibidas, reprimidas tenazmente para disuadirlas en forma contundente.
Sin embargo, la mirada de los medios ya estaba con un ángulo predispuesto (camarógrafos, reporteros y gráficos agredidos por estar en la línea de choque) para entregar lo que, otrora, fue el modelo de conducta a aplicar para contrarrestar a las masas en desorden y protesta. Para quienes están en ésta labor –por el lado del orden y la seguridad- el escenario, a lo mejor, era el mismo; no obstante, ya estamos en el 2006 y quienes protestan todavía no saben por qué están en las calles y gritan consignas.
No se puede desconocer que la orquestación de las demandas estudiantiles ha obtenido una rotunda nota 7. Si se desplazan por Santiago, podrán ver muchos colegios con pancartas y rumbas de sillas proclamando su estado: En toma. Los medios, y gran parte de su programación, están enfocados en estas manifestaciones, buscando el protagonismo colectivo e individual de niños que, todavía, no entienden el por qué de tantos hechos de la sociedad chilena, pero que si están dispuestos y entregados al discurso de sus compañeros caudillos.
Ahora, en esto de las manifestaciones políticas uno debe leer y releer muchas veces las evidencias. Acá hay una buena cuota de estrategia y táctica política, muy diestra. Dado que los medios han transmitido las evidencias y los actores se han volcado a las calles, se ha comenzado a engendrar un síntoma hacia el desarrollo de éste tiempo y, quienes lo lideran, deben responder como buenos gobernadores.
Se recomienda a los lectores no caer en las trampas de las puntualidades y observar, lejos de una posición, el desarrollo de la dinámica, la cual se está alimentando de una y otra acción que tiene por misión destruir ésta administración.
Desde Santiago de Chile
Héctor Samuel Quijada Olguín
PD: La imagen es del matutino La trecera.cl, muchas gracias.
2 comentarios:
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